ROSALÍA, AUNQUE ES DE NOCHE
La canción de Rosalía Aunque es de noche es, en realidad, el poema Qué bien sé yo la fonte que San Juan de la Cruz escribió durante su encarcelamiento en Toledo en 1578.
Dice la tradición que el místico cantaba este poema para consolarse durante su cautiverio.
Este poema de San Juan fue musicado por Enrique Morente para su album Lorca publicado en 1998 y Rosalía lo versiona así:
SAN JUAN DE LA CRUZ,
QUÉ BIEN SÉ YO LA FONTE
¡Qué bien sé yo la fonte que mana y corre,
aunque es de noche!
I
Aquella eterna fonte está ascondida.
¡Que bien sé yo do tiene su manida
aunque es de noche!
II
Su origen no lo sé pues no le tiene
mas sé que todo origen della viene
aunque es de noche.
III
Sé que no puede ser cosa tan bella,
y que cielos y tierra beben della
aunque es de noche.
IV
Bien sé que suelo en ella no se halla
y que ninguno puede vadealla
aunque es de noche.
V
Su claridad nunca es escurecida
y sé que toda luz de ella es venida
aunque es de noche.
VI
Sé ser tan caudalosos sus corrientes,
que infiernos cielos riegan y a las gentes
aunque es de noche.
VII
La corriente que nace desta fuente
bien sé que es tan capaz y omnipotente
aunque es de noche.
VIII
La corriente que de estas dos procede
sé que ninguna de ellas le precede
aunque es de noche.
IX
Bien sé que tres en sola una agua viva
residen, y una de otra se deriva,
aunque es de noche.
X
Aquesta eterna fonte está escondida
en este vivo pan por darnos vida,
aunque es de noche.
XI
Aquí se está llamando a las criaturas,
y de este agua se hartan, aunque a oscuras
porque es de noche.
XII
En esta noche oscura de la vida,
qué bien se yo por fe la fonte frida,
aunque es de noche.
XIII
Aquesta viva fuente que deseo,
en este pan de vida yo la veo,
aunque es de noche.
San Juan de la Cruz
La literatura mística narra el encuentro directo entre el alma y la divinidad.
Este poema de San Juan de la Cruz es la expresión literaria de su acercamiento a lo divino.
El poeta nos transmite su experiencia mística de aproximación a Dios en la cárcel. En el texto aparecen símbolos de la Sántisima Trinidad, la eucaristía...
Para San Juan, Dios es ese torrente de agua que crece hasta llenar la tierra y que nadie puede pasar por encima o ignorar.