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sábado, 4 de diciembre de 2021

T.S. ELIOT, EL CULTIVO DE LOS ÁRBOLES DE NAVIDAD

 

T.S. ELIOT
Poeta, dramaturgo y crítico angloamericano nacido en 1888 en St Louis, Missouri.
Sus problemas de salud de la niñez estimularon una gran pasión por la lectura.
Estudió en las universidades de Harvard, La Sorbona y Oxford. 
Sus intereses se centraron en el estudio del griego y el alemán,  la literatura inglesa, la historia medieval y la historia del arte.
Poeta de considerable influencia en la literatura del siglo XX, es una de las principales figuras de la vanguardia modernista anglosajona. 
Su obra está influenciada por la poesía metafísica inglesa y por los simbolistas franceses.
En 1948 obtuvo el Premio Nobel de Literatura "por su contribución sobresaliente y pionera a la poesía moderna".

EL CULTIVO DE LOS ÁRBOLES DE NAVIDAD

Existen diversas actitudes en relación con la Navidad,
y de alguna de ellas podemos hacer caso omiso:
la social, la torpe, la manifiestamente comercial,
la bulliciosa (los bares están abiertos hasta la medianoche),
y la infantil, que no es la del niño
para el cual cada vela es una estrella, y el ángel dorado
desplegando sus alas en la copa del árbol
no es solamente un adorno, sino un ángel.

El niño se maravilla ante el árbol de Navidad:
dejadlo que continúe con ese espíritu de maravilla
ante la Fiesta, como un evento aceptado, no como un pretexto;
de modo que el luminoso enajenamiento, el asombro
del primer árbol de Navidad recordado,
de modo que las sorpresas, las alegrías de las nuevas posesiones
(cada una con su inconfundible y excitante perfume)
y la espera del ganso o del pavo,
y el expectante momento de su aparición,

de modo que la reverencia y el gozo
no sean olvidados en las experiencias posteriores,
en la fastidiosa rutina, la fatiga, el tedio,
el conocimiento de la muerte, la conciencia del fracaso,
o en la piedad del converso
que pudiera teñirle de vanagloria
desagradable a Dios e irrespetuosa hacia los niños
(y aquí el recuerdo también con gratitud
a Santa Lucía, su villancico, su corona de fuego):

de modo que antes del fin, en la octogésima Navidad
(significando por «octogésima» la última, cualquiera sea),
los acumulados recuerdos de la emoción anual
puedan concentrarse en una gran alegría
semejante siempre a un gran temor, como la ocasión
en que el temor llega a cada alma:
pues el principio nos ha de recordar el fin
y la primera venida la segunda venida.

 T.S. Eliot
THE CULTIVATION OF CHRISTMAS TREES
There are several attitudes towards Christmas,
Some of which we may disregard:
The social, the torpid, the patently commercial,
The rowdy (the pubs being open till midnight),
And the childish — which is not that of the child
For whom the candle is a star, and the gilded angel
Spreading its wings at the summit of the tree
Is not only a decoration, but an angel.

The child wonders at the Christmas Tree:
Let him continue in the spirit of wonder
At the Feast as an event not accepted as a pretext;
So that the glittering rapture, the amazement
Of the first-remembered Christmas Tree,
So that the surprises, delight in new possessions
(Each one with its peculiar and exciting smell),
The expectation of the goose or turkey
And the expected awe on its appearance,

So that the reverence and the gaiety
May not be forgotten in later experience,
In the bored habituation, the fatigue, the tedium,
The awareness of death, the consciousness of failure,
Or in the piety of the convert
Which may be tainted with a self-conceit
Displeasing to God and disrespectful to children
(And here I remember also with gratitude
St. Lucy, her carol, and her crown of fire):

So that before the end, the eightieth Christmas
(By “eightieth” meaning whichever is last)
The accumulated memories of annual emotion
May be concentrated into a great joy
Which shall be also a great fear, as on the occasion
When fear came upon every soul:
Because the beginning shall remind us of the end
And the first coming of the second coming.”

T.S. Eliot







POEMAS DE ARIEL
En 1927, Richard de la Mare, director de producción de la legendaria editorial Faber and Faber de Londres, tuvo la original idea de pedir a escritores e ilustradores famosos que contribuyeran con versos y dibujos con temas navideños para una serie de folletos de poesía que se enviarían a los clientes en lugar de tarjetas de Navidad y que se venderían al público en general por una módica cantidad.
Esta serie de publicaciones navideñas recibió el nombre de Poemas de Ariel.
T.S. Eliot contribuyó a esta serie con seis poemas. El cultivo de los árboles de Navidad que se publica en 1954, es el último de los Poemas de Ariel de T.S. Eliot y fue ilustrado en la edición inglesa por David Jones y en la norteamericana por Enrico Arno.
Se puede decir que es un pequeño ensayo sobre la Navidad en verso.

FUENTES UTILIZADAS
Para la realización de la siguiente entrada se han utilizado, entre otras, las siguientes fuentes: T. S. Eliot «Poemas de Ariel», versión de Alberto Girri en «Valores diarios», 1970, Obra Poética II, Ediciones Corregidor, Buenos Aires. T.S- Eliot Foundation: https://tseliot.com/foundation/ts-eliot-house/. The Paris Review: https://www.theparisreview.org. The Marginalian: https://www.themarginalian.org.




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