domingo, 22 de marzo de 2020

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, CIEN AÑOS DE SOLEDAD

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Gabriel García Marquez nació en Aracataca, Colombia su padre fue el telegrafista Gabriel Eligio García y su madre era Luisa Santiaga Márquez. 
Se crió como niño único en Aracataca con sus abuelos maternos y sus tías. 
Cuando tenía cinco años sus padres se fueron a vivir a Sucre, donde abrieron una farmacia. 
En esa población, Luisa Santiaga daría a luz a la mayor parte de los once hijos del matrimonio. 
Gabriel García Márquez se trasladó muy joven a Bogotá para estudiar Derecho y Periodismo en la Universidad Nacional sin llegar a graduarse y allí escribió sus primeras colaboraciones periodísticas en el diario El Espectador.






A los veintiocho años publicó La hojarasca su primera novela.
Ya en sus primeras obras ya empiezan a aparecer los personajes de Macondo que luego vereremos en Cien años de soledad
Gabriel García Márquez estuvo comprometido con los movimientos de izquierda,  y siguió de cerca la revolución cubana de Fidel Castro y el Che Guevara hasta su triunfo en 1959. 
Fue amigo de Fidel Castro y participó en la fundación de Prensa Latina, la agencia de noticias de Cuba. 
Tras muchos intentos en distintas editoriales, García Márquez consiguió que una editorial argentina le publicase en 1967 Cien años de soledad que es su obra maestra y una de las novelas más importantes de la literatura universal del siglo XX.



CIEN AÑOS DE SOLEDAD 

Gabriel García Márquez narra la historia de siete generaciones de la familia Buendía, una familia condenada a la soledad que funda el pueblo de Macondo.

Si quieres conocer un poco más, así comienza Cien años de soledad

"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquíades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había buscado, y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades. «Las cosas tienen vida propia —pregonaba el gitano con áspero acento—, todo es cuestión de despertarles el ánima». José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación iba siempre más lejos que el ingenio de la naturaleza, y aun más allá del milagro y la magia, pensó que era posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra. Melquíades, que era un hombre honrado, le previno: «Para eso no sirve». Pero José Arcadio Buendía no creía en aquel tiempo en la honradez de los gitanos, así que cambió su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados. Úrsula Iguarán, su mujer, que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio doméstico, no consiguió disuadirlo. «Muy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casa», replicó su marido. Durante varios meses se empeñó en demostrar el acierto de sus conjeturas. Exploró palmo a palmo la región, inclusive el fondo del río, arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquíades. Lo único que logró desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de óxido, cuyo interior tenía la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras. Cuando José Arcadio Buendía y los cuatro hombres de su expedición lograron desarticular la armadura, encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer."

Gabriel García Márquez
  Cien años de soledad, 1967

PARTES DE CIEN AÑOS DE SOLEDAD 
La novela se puede dividir en cuatro partes:
1ª etapa: fundación y primeros años de Macondo 
2ª etapa: la guerra civil y el coronel Aureliano Buendía 
3ª etapa: la fiebre bananera 
4ª etapa: el fin de Macondo 

SUS INFLUENCIAS 
Entre sus influencias destacan la de la transmisión oral de leyendas e historias populares que conoció por sus abuelos y tías en Aracataca y la del escritor norteamericano William Faulkner.

OPINIONES SOBRE CIEN AÑOS DE SOLEDAD 
Cien años de soledad ha sido descrita como la más perfecta manifestación del «realismo mágico», corriente en que cabe incluir a una parte de los autores del Boom.
Ha sido considerada una de las novelas imprescindibles del siglo XX a escala mundial Se ha dicho de ella que es la mejor novela  de la historia de las letras hispánicas después de Don Quijote de la Mancha
Señalada como «catedral gótica del lenguaje», este clásico del siglo XX es un enorme y espléndido tapiz de la saga de la familia Buendía, en la mítica aldea de Macondo.
Ha sido juzgada como la pieza clave del Boom de la literatura hispanoamericana de los años 60.


¿QUÉ ES EL REALISMO MÁGICO?

El Realismo mágico para Alejo Carpentier es "lo real maravilloso". 
Su rasgo más visible es la naturalidad con que lo cotidiano se entrelaza con sucesos maravillosos tan imaginativos como expresivos.

¿QUÉ ES EL BOOM DE LA NOVELA HISPANOAMERICANA?

El boom de la novela hispanoamericana es un fenómeno editorial de los años 60 que proporcionó proyección internacional a los narradores del continente americano.



2 comentarios:

  1. Un análisis muy bueno de la obra. Yo la leí cuando tendría unos catorce años, era obligatorio en el Instituto. Recuerdo que me hice unas notas para distinguir a los personajes y circunstancias. Es una de mis intenciones volverla a leer.
    SAludos.

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    Respuestas
    1. Gracias por tu amable comentario, Manuela. Me alegro de que te gustase la entrada. Seguro que te resulta muy agradable volver a leer "Cien años de soledad". Un cordial saludo.

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