viernes, 16 de agosto de 2013

WILLIAM SHAKESPEARE, LA TEMPESTAD




WILLIAM SHAKESPEARE
William Shakespeare, dramaturgo, actor y poeta inglés, nació en Stratfort-upon-Avon el 23 de abril de 1564.

Su trasladó a Londres, donde pronto adquirió fama por su trabajo para la compañía teatral Chaberlain’s Men, más tarde conocida como King’s Men.
También representó, con éxito, en la corte.

Sus inicios fueron, sin embargo, humildes, y según las fuentes trabajó en los más variados oficios, aunque estuvo desde el principio relacionado con el teatro, puesto que antes de consagrarse como autor se le conocía ya como actor.


LA TEMPESTAD

La tempestad es conocida como la última obra completa escrita por William Shakespeare. 
Al finalizarla, abandonó Londres y se retiró a su casa en Stratford-upon-Avon.


Es de los dramas más personales de Shakespeare  y  es objeto de numerosas hipótesis, estudios e interpretaciones. 

En ciertos momentos el propio autor, por boca de sus personajes, se dirige al mundo y expresa su concepto de la vida.


La tempestad parece reflejar a veces el pensamiento más profundo del dramaturgo.

Esta obra pertenece a la serie de piezas de este autor que funden el ámbito de lo real con lo mágico y lo maravilloso.

Miranda, (La tempestad) por John William Waterhouse 

ARGUMENTO

Próspero, el legítimo duque de Milán, ha sido expulsado del poder por su hermano y se encuentra desde hace doce años en una isla desierta, tras naufragar su navío. 
En la isla, vive con su hija Miranda y su sirviente, el salvaje Calibán.

Próspero, rodeado de sus numerosos libros, se dedica al estudio y al conocimiento de la magia.

La obra comienza con una fuerte tormenta provocada por Próspero con la ayuda de su otro sirviente, el espíritu Ariel, y sus artes mágicas.

Ha adivinado que su traidor hermano, Antonio, su aliado el rey de Nápoles, y Fernando, hijo de éste último, viajan en un buque cerca de la isla en la que se encuentran y quiere vengarse. 

Con la ayuda de Ariel y desde el caos y la locura, Próspero tejerá un encantamiento que le permitirá iniciar su venganza. 
Gracias a la magia, la nave en la que viaja el usurpador Antonio, naufraga en las costas de la isla.


Al final, Próspero que ya ha recuperado el ducado que le robaron, renuncia a su magia, perdona a sus enemigos y permite el matrimonio entre Fernando y Miranda que así se convertirá en reina de Nápoles.

Miranda y Fernando juegan al ajedrez por Lucy Madox Brown


MONÓLOGO DE PRÓSPERO

Al final de la obra, todos se preparan para volver a Nápoles donde Miranda y Fernando reinarán después de que Próspero se retire a su ducado de Milán.
Mientras tanto, todos abandonan el escenario salvo Próspero que se queda y recita uno de uno de los epílogos teatrales más fascinantes y conmovedores de toda la obra de Shakespeare



En este monólogo, Próspero nos viene a decir que se retira de la práctica de la magia y que necesita la ayuda de la audiencia si quiere abandonar la isla.
La única cosa que podrá liberarlo y devolverlo a su hogar  es la aprobación del público y su fuerte aplauso...

Algunos autores consideran que este monólogo de Próspero es la manera encubierta que tiene Shakespeare de decir adiós al teatro, ya que La tempestad es su última obra teatral.

Ahora magia no me queda
y sólo tengo mis fuerzas,
que son pocas. Si os complace,
retenedme aquí, o dejadme
ir a Nápoles. Con todo,
si ya el ducado recobro
tras perdonar al traidor,
no quede hechizado yo
en la isla, y de este encanto
libradme con vuestro aplauso.
Vuestro aliento hinche mis velas
o fracasará mi idea,
que fue agradar. Sin dominio
sobre espíritus o hechizos,
me vencerá el desaliento
si no me alivia algún rezo
tan sentido que emocione
al cielo y excuse errores.
Igual que por pecar rogáis clemencia,
libéreme también vuestra indulgencia.










PROSPERO'S SPEECH
Aquí puedes escucharlo en inglés recitado por John Gielgud en la película Los libros de Próspero de Peter Greenaway.




Now my charms are all o'erthrown,
what strength I have's mine own,
Which is most faint: now, 'tis true,
I must be here confined by you,
Or sent to Naples. Let me not,
Since I have my dukedom got
And pardon'd the deceiver, dwell
In this bare island by your spell;
But release me from my bands
With the help of your good hands:
Gentle breath of yours my sails
Must fill, or else my project fails,
Which was to please. Now I want
Spirits to enforce, art to enchant,
And my ending is despair,
Unless I be relieved by prayer,
Which pierces so that it assaults
Mercy itself and frees all faults.
As you from crimes would pardon'd be,
Let your indulgence set me free 
(Epilogue 1-20).










PETER GREENAWAY Y SHAKESPEARE
Peter Greenaway filmó en 1991 la película Los libros de Próspero interpretada por John Gielgud, Michel Blanc, Michael Clark, Erland Josephson e Isabelle Pasco.
La música es de Michael Nyman y la fotografía de Sacha Vierny.

Está inspirada en La tempestad de William Shakespeare y mezcla teatro, cine, ballet, ópera, literatura y pintura con el uso de nuevas tecnologías en el tratamiento de las imágenes.


En esta película, Greenaway nos propone un recorrido por los libros que dan su poder a Próspero.




LOREENA MCKENNITT Y SHAKESPEARE
Loreena McKennitt, es una cantante y compositora canadiense que escribe, graba e interpreta música con temas célticos y del medio oeste. 


McKennitt toca el arpa, el acordeón y el piano y es apreciada por su refinada y clara voz de soprano. 

Tiene una larga asociación musical con los textos de Shakespeare y de otros autores clásicos.



En este vídeo puedes escucharla cantar el último monólogo de Próspero de La Tempestad (Epílogo 1-20).






TEXTO DE LA TEMPESTAD DE WILLIAM SHAKESPEARE
Por si te apetece leer La tempestad de William Shakespeare haz click en el siguiente enlace: 




Calibán









3 comentarios:

  1. Fabuloso. Muchas gracias por relagar algo de esta majestuosa obra de Shakespeare. Dios salve a la literatura, Dios salve al teatro.

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  2. Es muy cierto, Sintapujos Teatro, La tempestad es una obra majestuosa. Y muchas gracias a vosotros por el amable comentario. Un saludo.

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  3. Se puede decir que era la retirada de un gran genio.

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