sábado, 25 de septiembre de 2010

ARMANDO MURIAS IBIAS, LAS VAQUILLAS


ARMANDO MURIAS IBIAS

Nació en Caboalles en 1955. Trabajó de mecánico de automóviles en Lorena (Francia), de camarero, de minero (como rampleru, vagoneru, ayudante caballista y ayudante entibador), de agente comercial, de profesor (de FP, BUP, COU, ESO, Bachillerato y Universidad) en diversos centros educativos de España, y fue lector de español en Viena (Austria) y profesor de Lengua Castellana y Literatura en el Real Instituto de Jovellanos (Gijón). 
Actualmente es doctor en Filología Hispánica y profesor de Lengua Castellana y Literatura en el IES Alfonso II de Oviedo.


OBRAS

Tiene  publicaciones de investigación filológica en el campo de la Lexicografía: Vocabulariu de la Minería en L.laciana y Degaña (ALLA, 2000), de la Toponimia: Toponimia de Cagual.les d’Arriba (ALLA, 2002) y de la Semántica: Dos campos semánticos desiguales: lo guapo y lo xostrón (ALLA, 2004).
En la creación literaria Los zapatones del quincallero (Septem, 2003) con la que ganó el Premio Letras de Novela Corta, Nómadas y El día que me quieras, Las vaquillas.

ENTREVISTAS A ARMANDO MURIAS IBIAS EN LA NUEVA ESPAÑA Y EL COMERCIO

-¿Por qué «Las vaquillas»?
Como no me gustan los toros, en mi vida sólo fui a una corrida, decidí contar la historia de unas vaquillas que se escapan del camión que las traslada e inician un recorrido a su aire, en lugar del previsto por las calles del pueblo para finalizar en el tradicional encierro.
-Lo que se podía esperar de un antitaurino...
Es un alegato a la libertad, alejado de la épica taurina tradicional, en el que las vaquillas descubren un mundo nuevo que no sospechaban que existía.
-¿Su relato tiene similitud con la película de Berlanga «La vaquilla»?
En cierta manera sí, por la búsqueda de la libertad y porque al final interviene la Guardia Civil para cazarlas, y esto le da sin duda un tono absolutamente berlanguesco.
-¿Qué futuro le augura a la fiesta nacional, tan denostada últimamente en algunas ciudades, como Barcelona?
Tengo claro que el espectáculo morirá de muerte natural porque está completamente obsoleto. Lo que era el toro y el torero muerto de hambre ya murió hace tiempo, ahora sólo queda el folclore, como Cayetano Rivera, que es torero y modelo. Los toreros como Manolete son ya sólo historia. Tal vez sólo queda José Tomás, pero porque es un divo.

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