La escritora polaca Wislawa Szymborska, ganadora del Premio Nobel de Literatura, nació en Bnin, Kornik, localidad de la región de Poznan (Polonia), el 2 de julio de 1923.
A los ocho años se trasladó a vivir a Cracovia.
A los ocho años se trasladó a vivir a Cracovia.
Se licenció en Filosofía Polaca y en Sociología por la Universidad Jagelloniana de Cracovia.
1953-1981 trabaja como crítica en la revista literaria Zycie Literackie (Vida Literaria), con la columna titulada Lectura no obligatoria, en la que pasaba revista a libros de los más diversos temas.
1945 debuta con el libro Busco las palabras, en una revista literaria de Cracovia.
1952 edita el poemario Por eso vivimos.
1954 Publica Preguntas planteadas a una misma, una obra en la que revela el carácter introspectivo que impregna toda su obra.
Le conceden el premio de Literatura de Cracovia.
1963 Premio del Ministerio de Cultura de Polonia.
Le conceden el premio de Literatura de Cracovia.
1963 Premio del Ministerio de Cultura de Polonia.
1991 Premio Goethe.
1996 Recibe el premio Pen Club Polaco. En el mes de octubre fue galardonada con el Premio Nobel de Literatura 1996 por "la precisión irónica con la que ha iluminado fragmentos de la realidad humana en su contexto histórico e ideológico".
Aquí puedes leer a continuación una oda al número Pi escrita por Wislawa Szymborska:
Aquí puedes leer a continuación una oda al número Pi escrita por Wislawa Szymborska:
EL NÚMERO PI
Digno de admiración es el número Pi
tres coma catorce.
Todas sus siguientes cifras también son iniciales,
quince noventa y dos porque nunca termina.
No deja abarcar sesenta y cinco treinta y cinco con la mirada,
ochenta y nueve con los cálculos
sesenta y nueve con la imaginación,
y ni siquiera treinta y dos treinta y ocho con una broma o sea comparación
cuarenta y seis con nada
veintiséis cuarenta y tres en el mundo.
La serpiente más larga de la tierra después de muchos metros se acaba.
Lo mismo hacen aunque un poco después las serpientes de las fábulas.
La comparsa de cifras que forma el número Pi
no se detiene en el borde de la hoja,
es capaz de continuar por la mesa, el aire,
la pared, la hoja de un árbol, un nido, las nubes, y así hasta el cielo,
a través de toda esa hinchazón e inconmensurabilidad celestiales.
Oh, qué corto, francamente rabicorto es el cometa
¡En cualquier espacio se curva el débil rayo de una estrella!
Y aquí dos treinta y uno cincuenta y tres diecinueve
mi número de teléfono el número de tus zapatos
el año mil novecientos sesenta y tres sexto piso
el número de habitantes sesenta y cinco céntimos
centímetros de cadera dos dedos una charada y mensaje cifrado,
en la cual ruiseñor que vas a Francia
y se ruega mantener la calma,
y también pasarán la tierra y el cielo,
pero no el número Pi, de eso ni hablar,
seguirá sin cesar con un cinco en bastante buen estado,
y un ocho, pero nunca uno cualquiera,
y un siete que nunca será el último,
y metiéndole prisa, eso sí, metiéndole prisa a la perezosa eternidad
para que continúe.
Poema de Wislawa Szymborska
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