domingo, 16 de junio de 2013

BALTASAR GRACIÁN, ORÁCULO MANUAL Y ARTE DE PRUDENCIA



ORÁCULO MANUAL Y ARTE DE PRUDENCIA


116 Tratar siempre con gente de obligaciones. Puede empeñarse con ellos, y empeñarlos. Su misma obligación es la mayor fiança de su trato, aun para varajar, que obran como quien son, y vale más pelear con gente de bien que triunfar de gente de mal. No ai buen trato con la ruindad, porque no se halla obligada a la entereza; por esso entre ruines nunca ai verdadera amistad, ni es de buena lei la fineza, aunque lo pareza, porque no es en fe de la honra. Reniegue siempre de hombre sin ella, que quien no la estima, no estima la virtud; y es la honra el trono de la entereza.


117 Nunca hablar de sí. O se ha de alabar, que es desvanecimiento, o se ha de vituperar, que es poquedad; y, siendo culpa de cordura en el que dize, es pena de los que oyen. Si esto se ha de evitar en la familiaridad, mucho más en puestos sublimes, donde se habla en común, y passa ya por necedad qualquier apariencia della. El mismo inconveniente de cordura tiene el hablar de los presentes por el peligro de dar en uno de dos escollos: de lisonja, o vituperio.

118 Cobrar fama de cortés, que basta a hazerle plausible. Es la cortesía la principal parte de la cultura, especie de hechizo, y assí concilia la gracia de todos, assí como la descortesía el desprecio y enfado universal. Si ésta nace de sobervia, es aborrecible; si de grosería, despreciable. La cortesía siempre ha de ser más que menos, pero no igual, que degeneraría en injusticia. Tiénese por deuda entre enemigos para que se vea su valor. Cuesta poco y vale mucho: todo honrador es honrado. La galantería y la honra tienen esta ventaja, que se quedan: aquélla en quien la usa, ésta en quien la haze.

119 No hazerse de mal querer. No se ha de provocar la aversión, que aun sin quererlo, ella se adelanta. Muchos ai que aborrecen de valde, sin saber el cómo ni por qué. Previene la malevolencia a la obligación. Es más eficaz y pronta para el daño la irascible que la concupiscible para el provecho. Afectan algunos ponerse mal con todos, por enfadoso o por enfadado genio; y si una vez se apodera el odio, es, como el mal concepto, dificultoso de borrar. A los hombres juiziosos los temen, a los maldizientes aborrecen, a los presumidos asquean, a los fisgones abominan, a los singulares los dexan. Muestre, pues, estimar para ser estimado, y el que quiere hazer casa haze caso.



Baltasar Gracián









Naturaleza muerta con frutas y flores de Balthasar van der Ast 











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